Hay muchos libros que tratan el tema de la inteligencia emocional, desde que fuera descripta con este término en el libro de Daniel Goleman, y su antecesor Howard Gardner.
La inteligencia emocional refiere a la capacidad de comprender las emociones y a
desarrollar habilidades para poder adaptarlas de modo útil al momento en que se
manifiestan, permitiendo así una mejor relación consigo mismo y con los demás.
El auto conocimiento y el ejercitar una conducta que nos permita no sufrir con las
emociones que sentimos, permitirá afrontar el cáncer y su tratamiento de mejor
modo, logrando un estado de serenidad y expectativas basadas en la realidad y
enfocadas hacia un futuro con calidad de vida.
Le brindo algunos párrafos del capítulo, que desarrollo a fondo en el libro.
HABLANDO DESDE EL CORAZÓN…O DESDE EL CEREBRO EMOTIVO.
“En los capítulos anteriores se analizó desde lo científico y técnico lo que hoy se sabe sobre el cáncer. También describí sus emociones y consideré lo que la mayoría de los pacientes solos o con ayuda, sobrepasan las etapas de diagnóstico y tratamiento del cáncer que padecen. Ahora, permítame hablarle desde el corazón. No es algo que comúnmente hagamos los médicos. No
porque no tengamos corazón (al menos técnicamente lo tenemos), sino porque hablar desde ahí es para muchos mostrar vulnerabilidad y para otros es falta de profesionalismo. En realidad le hablaré desde el cerebro emotivo, que es desde donde ocurren las emociones y los sentimientos que ubicamos en el centro del pecho.”
“Tomar contacto por primera vez con un paciente que tiene diagnosticado un cáncer siempre es movilizador, porque concurre un ser humano angustiado y preocupado por su futuro. Se nos presenta a la consulta alguien (como yo o cualquier colega) con proyectos para su familia, con amigos para disfrutar de momentos placenteros. Con alegrías y tristezas, con vaivenes o bienestar económico. Con una historia familiar y con un futuro a construir. Con temas del pasado para resolver. Con asignaturas pendientes y amores dando vuelta. Con la inconmensurable sensación de no morir nunca. Concurre a la consulta alguien que habitualmente le sonríe a la vida, que mira a su alrededor y se conduele de lo mal que le puede ir a otros. Que mira un cuadro y se emociona, que escucha su canción preferida con alegría y que un perfume le evoca una noche única. Que pone el cuerpo para la vida. Que busca una respuesta y nuevas formas de comunicación para sentirse menos solo.”
“Usted que hasta ayer estaba como yo, sano aunque con alguna molestia, y de golpe se entera que tiene cáncer, así sin más se percibe vulnerable y sin entender que puede encontrarse de la noche a la mañana con semejante problema encima…”
“En un paciente con cáncer son numerosos los dilemas profesionales que se enfrentan durante todo el proceso. No es que se piensa en la dignidad solo ante la muerte. En oncología se evalúa constantemente la dignidad, aun cuando el paciente se cura.”
“En la era del conocimiento y de las neurociencias, el concepto de inteligencia emocional explicitada en los libros de Daniel Goleman se impuso en un sinnúmero de áreas. El aporte de este escritor, que asoció a las emociones con la inteligencia descubriendo sus circuitos independientes integrados en el organismo y creando una nueva dimensión del desarrollo personal, pone hoy en la casi obligación de incluir este aspecto en cualquier aspecto humano de que se piense.”
