Cáncer del miedo a la esperanza

Es el título de mi libro. Lo escribí para  familiares y pacientes recién diagnosticados con la enfermedad, que no saben qué hacer con ella, como enfrentarla, como superarla.

Tiene varios capítulos, algunos referidos al contexto mundial y local, a la enfermedad en sí misma, y uno específico referido a las emociones que recorren la etapa del diagnóstico y las posteriores, de control y curación.

El libro propone un camino de transformación del miedo frente al cáncer, primero comprendiéndolo y luego generando mecanismos que ayuden a superarlo. Deseo fortalecer un modo de verlo como una enfermedad crónica, potencialmente curable con controles de salud o estrategias oncológicas de tratamiento oportunas y sensatas.

Surgió como una idea de algunos pacientes que atendí, que se sentían aliviados con mis explicaciones técnicas, que les permitía entender lo que les pasaba y sentían. Ellos decían que tenía que escribir un libro para la gente. Y lo hice.

Les dejo el prólogo, que define en sus palabras una forma diferente de encarar el cáncer, la enfermedad más temida y a la vez cada vez más curable y controlable.

“No tuve ni tengo cáncer. En mi familia sólo mi abuelo paterno tuvo cáncer de pulmón, pero yo tenía ocho años, no entendía entonces y no recuerdo mucho. Sólo que no pudimos irnos de vacaciones ese verano y que había mucha tristeza y dolor en mi mamá y en mi abuela. En mi entorno laboral tuve varios compañeros enfermos, una colega con cáncer de endometrio desde hace cuatro años y otra con cáncer de ovario, también en control. Como se ve, los médicos también enfermamos… En el mundo hay miles de familias que se enfrentan al desafío más valiente, porque  les toca acompañar a un ser querido o porque es protagonista de la enfermedad. Tienen miedo, incertidumbre, ansiedad y diferentes grados de optimismo, esperanza y fe, tanto en la medicina tradicional como en otros planos del pensamiento mágico. Sufren, se angustian, pero también proyectan sueños bajo un  halo de expectativas positivas. La comunidad es solidaria cuando se pide colaboración para la compra de un medicamento oncológico y nos conmovemos cuando un niño o adolescente con leucemia requiere donantes para un trasplante de médula ósea. Algunos personajes públicos que tienen un hijo o cuando ellos mismos padecen cáncer nos despiertan empatía cuando cuentan su situación, y les contagian valentía a otros pacientes, que se creían únicas víctimas. Sin importar raza, edad, posición socio-económica o intelectual, todos podemos ser algún día víctimas o sobrevivientes del cáncer.”  

“Desde que me recibí de médica y entré a la residencia en el Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo” el 6 de mayo de 1985 salvo fines de semanas sin guardia, vacaciones o licencia por maternidad, pasé cada día asistiendo pacientes con diferentes situaciones vinculadas al cáncer. A lo largo de 30 años de trabajo me preguntaron en varias oportunidades por qué me dediqué a esta especialidad… Es una especialidad movilizadora de emociones y al mismo tiempo es moderna, con numerosas aristas. Transforma el alma y desafía a la ciencia, a la tecnología y a la investigación. Hace poner el cuerpo y el corazón. Compromete nuestra ansia de justicia y equidad. Obliga a aprender de la miseria, del dolor y de la grandeza del prójimo. Enseña a amar y a respetar la vida propia cada día. Induce a buscar caminos, pensar opciones y a programar un futuro incierto, como el futuro de todos nosotros, sanos o enfermos.”

“De todas las oportunidades que brinda la oncología, la que más me motivó fue ver de nuevo tranquilos y optimistas a quienes se recuperaron de la enfermedad ya que el cáncer se curó, se controló, se  superó sin secuelas y se aprendió a vivir con él. Sin embargo, este pensamiento de que se puede curar no está tan bien plantado en la gente lo cual me decidió a escribir, para difundir la idea de que se puede aprender a convivir con esta enfermedad. Porque el cáncer no está contado desde este punto de vista sino que constantemente se lo destaca desde el sufrimiento y la muerte. En las películas sólo muestran el lado triste y desahuciado del protagonista, desaprovechando la oportunidad de mostrar un desafío actualizado, con posible final feliz. No digo que la gente no sufra, digo que abordar solamente desde el lado dramático y fatalista ayuda mucho menos que si se aprovechara para enviar un mensaje optimista y más realista.”

“Es mi deseo honrar el esfuerzo de miles de enfermos que se curaron o que conviven con la enfermedad por décadas, con proyectos de vida plenos a partir de encontrarle la vuelta al cáncer al verlo desde un aspecto positivo, aunque parezca una utopía. Es destacable el esfuerzo psicológico y emocional que debieron hacer para convertir algo tan negativo en una visión optimista y valorable, y honrar la vida con grandeza y dignidad. No niego que el cáncer mata y hace sufrir, y uso estas palabras para plantear su dureza y crueldad, pero eso es mirar sólo el 50% de las situaciones que conoce la mayoría. Mi deseo es mostrar el otro 50% que también existe, en el que al cáncer se le pelea y se le gana, en el que hay altas chances de vivir si se desea y se aprende contra qué  pelear y con qué herramientas.”

“Cuando decidí escribir este libro consideré que su contenido sirviera para usted, que está enfermo o que tiene que acompañar a un familiar o a un amigo. Pensé qué tipo de libro podía ser de ayuda práctica, pero sobre todo reflexioné en lo que no quería que este libro fuera.

Por ello no será un libro para científicos y colegas, porque hay muchos y muy bien escritos, ni será de autoayuda, aunque algunos aspectos serán considerados. Tampoco será un libro testimonial, porque como dije antes no soy protagonista directa del cáncer (aunque nunca se sabe), y no será un libro guía con tips acerca de lo que se debe hacer, como si fuera una receta infalible y restando así la importancia que la enfermedad tiene.”

“Entonces se preguntará qué tipo de libro será…”

“Será un libro para usted, que se enteró que tiene cáncer. Para que sepa qué hacer a partir del diagnóstico. Servirá para comprender qué pasa por su cabeza y por sus emociones ante una noticia tan fuerte para procesar, y para entender por qué pasa lo que pasará. Brindaré respuestas que ayudaron a pacientes y familiares que atendí a diario y algunas que ellos mismos me dieron desde su experiencia. Trataré  hacerle más liviano el tránsito de su enfermedad, desde su diagnóstico hasta el control y / o curación. Será un libro que buscará cambiarle el enfoque, convirtiéndola en una enfermedad que podrá acompañarlo durante 10 o tal vez 20 años, ya que se transformó en crónica, tratable, controlable y potencialmente curable.”

“El cáncer tiene muy mala prensa y nadie o muy pocos se atreven a hablar de él. Le propongo entonces poder pensar sin miedo y sin prejuicios. No es fácil, pero se puede ser optimista. Solo requiere ser conocida desde otro lugar, desde el que permite la cura con el diagnóstico precoz de la enfermedad. Las estadísticas están de ese lado, porque el 50 % de los cánceres se pueden curar, aunque le suene rarísimo o imposible.”

“Será un libro de sugerencias y de orientación basados en mi  formación profesional, y de experiencias y aprendizaje que me brindaron con generosidad algunos pacientes. Para usted será como tener “un oncólogo en su mesa de luz”, para contestarse preguntas que le vienen a la mente en cada momento o cada etapa por la que vaya pasando.”

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